Raymond Chandler opina sobre Hammet…

«…Hammett sacó el crimen del jarrón Veneciano y lo arrojó al callejón…fue frugal, parco, duro, pero hizo una y otra vez lo que sólo los mejores escritores pueden hacer. Escribió escenas que parecía como si nunca hubieran sido escritas antes…»

Raymond Chandler, El simple arte de escribir

Raymond Chandler escribe…

«…y aqui estoy, a las dos y cuarenta de la madrugada, escribièndo sobre tècnica,a pesar de mi enèrgica convicciòn de que en el momento que uno empieza a hablar sobre tècnica, està dando pruebas de que se ha quedado sin ideas…»

Carta de Chandler a Erle Stanley Gardner

«…nunca he ganado dinero escribiendo. Trabajo demasiado lento, descarto demasiado, y lo que vendo no es en absoluto la clase de cosas que realmente quiero escribir…»

Carta de Chandler a George Hamon Coxe

Chandler y el humor

No recuerdo exactamente quien, pero alguien me habia hecho reparar hace algùn tiempo en como la utilizaciòn del humor y la ironìa como elementos del caracter de los detectives privados creados por Raymond Chandler, habìa logrado que estos personajes se diferenciaran de sus congeneres, de los cientos de otros tipos duros que investigaban crimenes desde las ajadas pàginas de las pulp magazine, antes de la creaciòn de Marlowe ya Johnny Dalmas, el personaje de sus primeras narraciones, ya tenìa esas caracterìsticas…

«Debìa ser viernes, porque el olor a pescado de la Mansion house, la cafeteria de al lado, era lo bastante fuerte como para construir un garaje encima. Aparte de eso, era un bonito y càlido dìa de primavera, a ùltima hora de la tarde, y yo no habìa tenido trabajo en una semana. Tenìa los talones correctamente colocados en su surco de mi escritorio y me estaba bronceando los tobillos en un rayo de sol cuando sonò el telèfono…»

Raymond Chandler, Bay City Blues

Asesino bajo la lluvia

Durante años he estado coleccionado los libros de Raymond Chandler, y en algunas ocasiones tengo màs de dos ediciones del mismo tìtulo, como en el caso del Largo Adios, La hermana Pequeña, o el Sueño Eterno.

En algunas ocasiones he estado buscando especificamente un tìtulo cuando lo he hallado, pero por lo general mis encuentros con Chandler han sido siempre producto de la casualidad.

Como en este caso cuando buscando «La vida Breve» una maravillosa novela que hasta ahora he leido de prestado, me encontrè con este pequeño volumen titulado Asesino bajo la lluvia, publicado en el 2002 por Alianza, y que contiene narracciones breves publicadas originalmente en revistas (Son cuatro relatos escritos entre 1935 y 1960, aparecen Asesino bajo la luvia, El lapiz, Peces de Colores y Bay City blues) y en las que se puede descubrir ya las motivaciones y gran parte del mundo narrativo de Chandler que luego nos sorprenderìa en sus novelas.

Raymond Chandler escribe…

«Hay días así. todo tipo con el que uno se encuentra es un fracasado, uno empieza a mirarse al espejo y a dudar.»


«…Nos pasamos la vida dando vuelta a ropa interior sucia y oliendo dientes cariados. Subimos escaleras oscuras para atrapar a un loco drogado con una pistola, y a veces no llegamos arriba y nuestras esposas esperan con la cena esa noche y todas las noches siguientes. No volvemos más a casa. Y las noches que volvemos, volvemos tan cansados que no podemos comer ni dormir, ni siquiera leer las mentiras que sacan los diarios sobre nosotros. Así que nos quedamos despiertos en la oscuridad en una casa barata en una calle barata y escuchamos a los borachos que se divierten en la esquina. Y cuando al fin nos dormimos suena el teléfono y nos levantamos y todo empieza otra vez…»

Raymond chandler, La hermana Menor

Mis comienzos de novela negra favoritos….

Pensé en citar un par de novelas, en realidad empecé pensando en Mc Coy a quien estuve releyendo, luego se convirtió en insomnió y me he pasado las últimas horas revisando libros que hace años no releía, recordando argumentos, verificando citas, comentarios que había escrito al margen, pensando en las películas que deberían volver a hacerse, en la ausencia de festivales de novela negra en mi país, en el poco desarrollo que ha tenido el género en castellano.

En el camino me enpontré con una ponencia de Mempo Giardinelli, y ya que estoy recomendado cosas, en la siempre informada página La gansterra total, hay otro ensayo imprescibdible; pensaba en eso y en otras cosas, de todo ello salió este post, que no es exactamente un ranking, es más bien un recordatorio de lo mucho que me gustan algunas novelas y algunos escritores….eso y nada más.

La novela intercala la lectura de una sentencia con el recuerdo del crimen, un concurso de baile, un extraño flirteo entre dos perdedores; y la mejor parte, la novela esta narrada desde el punto de vista criminal y brinda una explicación de los hechos que busca conseguir la empatía del lector, lo grandioso es que lo consigue…;

Horace Mc coy
que se ganaba los cuartos como guionista, importó la premura y la predilección por lo visual, la novela esta construida a partir de escenas cortas y bien delimitadas que van sumando en el lector la intriga no por el asesinato que nos queda desvelado en la primera línea, sino por conocer el proceso que condujo hacia el.

Se hizó una película, que no he podido encontrar hasta ahora, y de la que sólo conozco algunos minutos y nada más; sin embargo They Shoot Horses, Don’t They?, es una magnífica novela que aún anda en busca de lectores.

«Me puse de pie. Por un momento vi nuevamente a Gloria, sentada en aquel banco de la escollera. La bala había golpeado contra un costado de la cabeza: la sangre aún no manaba. El fogonazo de la pistola aún iluminaba su cara. Todo era tan simple como el día. Estaba totalmente descansada, totalmente cómoda. El impacto de la bala había apartado un poco su cabeza de mí: no tenía una perfecta visión del perfil, pero podía ver bastante de la cara y de los labios para saber que estaba sonriendo…»

Horace Mc Coy ¿Acaso no matan a los caballos?


Easy Rawlins, es uno de mis personajes preferidos, ya tiene versión cinematográfica, denzel washington lo encarnó en el demonio vestido de azul, la saga creada por Walter Mosley es una de mis favoritas, por como ha sabido captar un momento especial de la historia americana, la época de posguerra y el racismo impertante.

Easy no es un detective típico, es generalmente un desempleado que realiza encargos para otros, o que disimula su fortuna simulando ser un bueno para nada, alguien muy hábil para moverse en los bajos fondos, en los clubs clandestinos de Jazz, en las casas de apuestas y en lugares a los que un detective común y menos áun un blanco, jamás tendría acceso.

Algunos creen que sigue el legado de Chester Himes, yo creo que no, el ha construido su propio y particular universo, en el que hay una gran cuota de esperanza, a diferencia de himes, los negros no sólo estan condenados al Ghetto, sino que pueden cambiar su destino, por ello la obsesión de Easy por tener una propiedad, ahorrar, pensar en el futuro…

Mosley es un autor imprescindible para entender el desarrollo actual de la novela negra en nortamerica…

«En cuanto llegué al trabajo aquel lunes por la mañana me di cuenta que algo andaba mal. El coche de la señora Idabell turner estaba en el aparcamiento descubierto y había luz en el bungalow C…»

Walter Mosley, Un perro amarillo

Qiuen mejor lo hace en la actualidad, frenético, exahustivo, verborreico y ultraviolento, le gusta los callejones sin salida, las muertes absurdas, los policías excesivos, corruptos, los angeles y su reinado de corrupción, Miki Cohen y sus matones, Lana Turner y sus amantes, los violadores, los asesinos en serie, la venganza multiplicada por años de ira contenida, es un absoluto voyeur, y tiene una precisión envidiable para retratar la miseria humana; Ellroy, James Ellroy y creo que no necesita presentación:

«Un motel abandonado en las colinas de San Bernardino; Buzz Meeks se registró allí con noventa y cuatro mil dólares, nueve kilos de heroína de gran pureza, una escopeta calibre 10, y un 38 especial, una automática 45 y una navaja que le había comprado a un méxicano en la frontera…»

James Ellroy, L.A. Confidencial

El tio Mickey, siempre directo al punto, nada de andarse con rodeos, la sutileza excomulgada de su prosa, desde la primera frase ya nos hacía ingresar en el clima de la novela…

«Sacudí la lluvia de mi sombrero y entré en la habitación. Nadie dijo nada; pero a medida que se apartaban para abrirme paso, me hicieron sentir sus miradas en mi persona…»

Mickey Spillane, Yo, el jurado


El problema con Elmore Leonard, es que hace y escribe (incucluso de ha dado tiempo para hacer su decálogo sobre la escritura) sobre tantas cosas (en especial pensando en convertir en guión su próxima novela) que a veces es difícil saber si tomarselo en serio o no, claro últimamente luce como un fabricante de bestsellers que se convertirán en película.

Piensen por ejemplo en Jackie Brown (filmada por tarantino), Get Shorty (con un maravilloso Jhon Travolta haciendo de ganster de medio pelo aupado a productor de cine) Touch (dirigida por Paul Schrader) Gold Coast (con David Carusso) Be cool (la continuación no tan recomendable de Get shorty, Travolta, Thurman, y una gran decepción) OuT Sight (filmada por Sodebergh con Clooney y Jennifer Lopez) la lista continua. Sin embargo ha escrito algunas novelas que realmente valen la pena y claro creo que algunas de las cosas que dice no sonarían tan bien en nadie más, y en todo caso lo incluyó bajo mi cuenta y riesgo…

«Foley no había estado jamás en una cárcel en la que uno pudiera caminar hasta la valla exterior sin que le pegaran un tiro…»

Elmore Leonard, Out Sight

Hammett inventó las reglas. Nada se explica sin él…

«La primera persona a quien oí llamar Poinsonville a la ciudad de Personville fue a un zafrero pelirrojo, en el Gran Barco de Butte. Pero también cambiaba en diptongo otras erres. Y no presté atención a lo que hiciera con el nombre de la ciudad. Más tarde escuché a otros hombres capaces de háberselas con las erres pronunciar el nombre de igual manera…»

Dashiell Hammet, Cosecha roja


Ross Mc Donald fue inventado por Lew Archer, Ross era el hombre en las sombras, siempre comparado con Chandler, dejado de lado porla crítica y descubierto por los lectores, quienes lo han colocado a la altura de los mejores exponentes del género, no en vano James ellroy le dedica su novela Sangre en la Luna...

«Estaba esperando a la puerta de mi oficina cuando volví de tomarme el café de media mañana. Las mujeres con las que generalmente me tropezaba en el pasillo de arriba, más bien pobretón, eran las desesperanzadas aspirantes que dependían de la agencia de modelos vecina a mi despacho. Esta era diferente. Tenía un estilo que no encajaba con su maquillaje y era más o menos de mi edad. A medida que el hombre envejece, si sabe lo que le conviene, las mujeres que le gustan van envejeciendo también. El problema es que su mayoría están casadas…»

Ross Macdonald, El coche funebre pintado a rayas


De Raymond he hablado más de una vez por aquí, e incluso ya cité este inició, pero me gusta tanto que no pude excluirlo, así estan las cosas

» Eran cerca de las las once de la mañana, a mediados de octubre.El sol no brillaba y en la claridad de las faldas de las colinas se apreciaba que había llovido. Vestía mi traje azul oscuro, con camisa azul oscura, corbata y vistoso pañuelo fuera del bolsillo, zapatos negros y calcetines de lana del mismo color, adornados con ribetes azul oscuro. Estaba aseado, limpio, afeitado y sereno y no me importaba que se notase. Era todo lo que un detective privado debe ser. Iba a visitar cuatro millones de dólares… «

Raymond Chandler, El sueño Eterno

Black Mask: el origen de la generación Pulp

No se trata sólo de una foto. Es algo así como un monumento, sólo que se necesitan varios minutos para poder darnos cuenta. Es una reunión de enero de 1936 y si no me equivoco, ya todos están muertos.

De derecha a izquierda aparecen Raymond J. Moffatt, el inconfundible Raymond Chandler, Stinson (no recuerdo su nombre de pila) Dwight Babcock, Eric Taylor, y el último en el extremo superior, Dashiell Hammett. En la parte inferior aparecen Arthur Barnes, John K. Butler, W. T. Ballard, el grandísimo Horace McCoy y Norbert Davis.

Son lo más cernano a una selección casí ideal de novelistas pulp, la generación qaue reinvento la novela negra, y la llenó de rubias exóticas, alcohólicas y ligeras de cascos; de crimenes intrincandisimos, de antihéroes repletos de cinismo y atrapados en junglas urbanas por las que deambulan por lo general en estado de pesadilla.

Con excepción de Moffatt, todos los otros han sido escritores que publicaron en Black Mask, una revista que privilegio uno de los géneros considerado menores (idea con la que discrepo) y que permitió la experimentación en la busqueda de un nuevo tipo de novela policial, en el que se privilegio la acción.

Algunos nombres resultan ya desconocidos para las actuales generaciones, pero hay tres que han perdurado, Hammett, Chandler y Mc coy. Y con ellos el espiritu de esas publicaciones baratas que llegaron al hombre común y lo dotaron de nuevas fantasias.




El efecto Marlowe

El sueño eterno (The big sleep) fue la primera novela que publicó Raymond Chandler en 1939, el no lo sabía pero el género de detectives y crimenes sin resolver nunca sería el mismo. Phillip Marlowe, el detective creado para enfrentar una ciudad llena de criminales, de policías ineptos y corruptos y de misteriosas componendas llenas de traciones y vueltas de tuerca no era el personaje común de las novelas policiales de la época. La riqueza de características con las que fue dotado, su inconfundible cinismo e ironía lo distinguieron rapidamente y con el paso del tiempo lo convirtieron en un símbolo cultural.

En esa primera novela, ya el estilo de Chandler se desmarcá del de sus contemporáneos y escribe:

» Eran cerca de las las once de la mañana, a mediados de octubre.El sol no brillaba y en la claridad de las faldas de las colinas se apreciaba que había llovido. Vestía mi traje azul oscuro, con camisa azul oscura, corbata y vistoso pañuelo fuera del bolsillo, zapatos negros y calcetines de lana del mismo color, adornados con ribetes azul oscuro. Estaba aseado, limpio, afeitado y sereno y no me importaba que se notase. Era todo lo que un detective privado debe ser. Iba a visitar cuatro millones de dólares… «

(Extracto de El sueño Eterno, Barcelona, 1994, RBA editores)



A Chandler le importaba mucho la atmosfera de sus relatos, las descripciones precisas y el que su propio personaje nunca se tomará demasiado en serio. Sus novelas han sido adpatados con distinta suerte al cine, algunas versiones guardaron mayor fidelidad con el espiritu del autor, y otras fueron francamente lamentables; pero sin embargo su obra siempre le ha parecido atractiva a los directores, quienes por asuntos de presupuesto, guión o casting, han encontrado de una u otra manera la forma de dejar las adpataciones del genio de la novela negra como asunto pendiente.

He buscado alguna, bastante dispares, y las he puesto aquí para que tengan una idea. En primer lugar Bogart y Lauren Bacall en la adapatción del sueño eterno. Esta película casí nadie la recuerda, y la razón es muy simple, siempre se recordará la adaptción del Halcón Maltes, y a bogart como parte del universo de Hammet.

Luego esta la versión del Largo Adios (la novela que más disfruto del ciclo Marlowe) Robert Altman un director muy prestigioso cometió in terrible error con Elliott Gould como protagonista, nunca dió el tipo, Marlowe nació muerto en esa adaptación.

También James Caan y Robert Mitchum en dos oportunidades han interpretado a Marlowe. En el caso de Caan lo hizó en una película para la televisión basada en una adaptación de la novela incompleta Poodle Springs, y de esta a pesar de sus pocas pretensiones tengo un buen recuerdo. Quizás el Marlowe que siempre tendré en la memoria es el interpretado por Paul Newman en la película Twilight de Robert Benton, aunque allí se llamé Harry Ross.

Raymond Chandler escribe…

«…decir adiós es morir un poco…»

«…el alcohol es como el amor…el primer beso es magia; el segundo, intimidad; el tercero, rutina. Después de esto lo que hacemos es devestir a la muchacha…»

El largo adios

«…el cuerpo de una mujer no es tan sagrado como para que no pueda usarse, sobre todo cuando ya ha fracasdo en el amor…»

Playback

«…se puede tener resaca de otros cosas que no son el alcohol. Yo lo tenía de mujeres. Las mujeres hacían que me sintiese mal…»

«…¿que importaba dónde uno yaciera una vez muerto? ¿en un sucio sumidero o en una torre de mármol en lo alto de una colina? muerto, uno dormía el sueño eterno y esas cosas no importaban…»

El sueño eterno

«…Me daba miedo la muerte, la falta de esperanza…Me daba miedo el agua negra, las caras de los ahogados, las calaveras de órbitas vacías. Me daba miedo morirme, desaparecer…»

Raymond Chandler, Adiós muñeca

CHANDLER y EL LARGO ADIÓS

«…No le digo ádios. Se lo dije cuando tenía algún significado.
Se lo dije cuando era triste, solitario y final…»

Después de las novelas que nos regalo Raymond Chandler, Las búsquedas nunca volvieron a ser las mismas. Descubrimos por ejemplo la importancia de las rubias cuando se tratase de resolver un misterio. Supimos que quien busca la verdad, no esta siempre dispuesto a revelarla; y que las fronteras entre el bien y el mal, son mucho más frágiles de lo que podria sospecharse.

A fin de cuentas no importa la verdad ni la justicia, eso parece desprenderse del cinismo de los personajes de Raymond Chandler. No importa que Terry Lennox nos despierte cierta conmiseracion. Lo que todos necesitamos son respuestas. Y eso es lo que no podemos encontrar.