Releyendo a Harold Bloom y sus conclusiones elegíacas sobre el canon occidental

Por alguna razón, la lectura de Harold Bloom en este caluroso domingo se me hace más divertida que las trasnochadas de hace 13 años cuando me encontré por primera vez con el libro, lo releo sobre mis huellas, sobre las cosas que me llamaron la atención en aquella época, mis notas a pie de páginas, mis preguntas anotadas marginalmente, mi rechazo a más de una de sus afirmaciones, y sin embargo tantos años depués, El Canon occidental el tan polémico ensayo que en 1994 introdujera la especial lectura de Bloom al debate global sobre la necesidad, posibilidad, autoridad cientificidad y/o utilidad de generar sendas de lectura que excluyan lo innecesario y remarquen lo indispensable creo que aún permite nuevos acercamientos al fenómeno de la multiplicación de posibilidades de lectura, la imposibilidad de leerlo todo y la necesidad de elegir, y de establecer criterios racionales para dicha elección.

El libro escrito con un raro apasionamiento, revela en verdad cual autobiografía, las fobias y filias del ensayista, expone su altar literario y emprende un monumental ejercicio de defensa de lo fundacional en Shakespeare, e intenta responder a partir de allí algunas preguntas sobre la evolución de las ficciones, sus líneas matrices entre otras cosas.

Pero lo más divertido es la conclusión a la que llega, es más una expresión del estado de ánimo de Bloom, que una elaborada puesta a punto final de su propuesta, y en esa voz rabiosa -y a ratos con un poco de mala leche- a ese reclamo contra lo que le parece no son opciones de lectura válidas, es a lo que mayor valía le otorgó, les copia aqui algunos fragmentos:

«…Ahora me encuentro rodeado de profesores de hip-hop; de clones de teoría galogermánica; de ideológos del sexo y de las diversas tendencias sexuales; de multiculturalistas sin límite; y me doy cuenta de que la balcanización de los estudios literarios es irreversibles. La numerosa caterva de resentidos del valor estético de la literatura no va a desaparecer, y engendrará a resentidos institucionales para que los sucedan. (…) Este libro no se dirige a los académicos porque sólo un escaso número de ellos sigue leyendo por amor a la lectura (…) Tal lector no lee para obtener un placer fácil o para expiar la culpa social, sino para ensanchar una existencia solitaria (…) Las razones para leer, así como para escribir, son muy diversas, y frecuentemente no estan claras ni siquiera para los lectores o escritores mas conscientes. Quizás la razón fundamental de la metáfora, o de escribir o leer un lenguaje figurativo, sea el deseo de ser diferente, de estar en todas partes…»

Harold Bloom, El Canon occidental. La escuela y los libros de todas las épocas. Barcelona, Anagrama, 1995, pp. 525 -531.

Algunas reflexiones finales sobre: Todos los hermosos caballos

Me he despertado hoy a las cuatro de la mañana, las razones no importan, y me he quedado pensado en John Grady Cole, en lo que significa descubrir que uno no tiene lugar en el mundo, que no hay país para uno, que a donde se vaya las cicatrizes con las que ha sido marcado serán las más fieles compañeras.

La novela, que no es sino un recordatorio de la miseria humana, nos es solo el viaje de un país a otro a través de la frontera, y descubrir como cambia el paisaje, sino también como la condición humana, a donde vayamos, en terminos de violencia, será siempre la misma; en esta novela el adolescente Grady descubre el sentido de la vida y la muerte, incluso descubre el amor y lo doloroso que puede resultar cuando se es correspondido a sabiendas que no hay futuro en ello, que todo, incluso la felicidad es un transitorio estado mental, que lo único que queda es la voluntad de cada uno, las ganas de morirse o no morirse, de hacerse fuerte y claro de descubrir a quien llevamos dentro y porque.

El título al final, creo yo, en las cincuenta líneas finales cobra un hermoso significado, es ya una evocación, no afirma absolutamente nada, recuerda el antes, la vida de esperanza, la comunión con la naturaleza antes que los hombres destruyeran todo lo que era importante, y luego sólo queda seguir, porque el futuro no es un tiempo distinto, eres simplemente tú en cualquier otro lugar sin posibilidad de huir hacia ninguna parte.

Jumper, un salto al aburrimiento inmisericorde

Un director medianamente competente para filmar películas de acción (Doug Liman) un elenco de actores en donde destacan los sombres de Jamie Bell y Samuel L. Jackson, un rol principal encargado a un ya habitúe al género de ciencia ficción o fantástico, y a quien nadie recuerda -ya saben por que- como el Darth Vader de las precuelas que nos vendieron hace unos años George Lucas y compañia; sumado a esto una idea francamente explotable sobre personas con capacidad de ir a donde quieran con solo pensarlo, justo ahora que la serie Heroes puso de moda la idea através del personaje de Hiro Nakamura….es decir todas las cartas en la mano para hacer una película pasable, un rato por lo menos entretenido, sin embargo en Jumper, se las han arreglafo para hacer una película imposible, carente del menor sentido del ritmo narrativo, con personajes de cartón piedra y una historia ridiculizada por el propio guión, un montaje desastroso, en resumen un fiasco que nos recuerda que el cine no sólo se trata de arte, sino de vender entradas, generar beneficios y que en aras de eso nobles fines todo eso es sacrificable, incluso el tiempo de los espectadores, por suerte en unas semanas todos habremos olvidado este mal momento y pensaremos en otras cosas, por lo menos eso espero.
PD: nota final un director fuera de genero y un guión mal escrito pueden generar estos desastres, claro eso y un grupo de productores miopes.

Trailer


2/10

Cormac McCarthy escribe…

En toda novela y por alguna razòn, siempre hay frases que nos persiguen, en el caso de «Todos los hermosos caballos» estas son las que llamaron mi atención, y aquí las dejó para compartir mi lectura…

«…Un hermoso caballo es como una mujer hermosa, dijo. Siempre dan más trabajo del que valen. Lo que un hombre necesita es sólo uno que haga la faena…»

«…Dijo que si una persona comprendiera el alma del caballo, comprenderìa a todos los caballos que habían existido…»

«…Las cicatrices tienen el extraño poder de recordarnos que nuestro pasado es real. Los sucesos que las causan no se pueden olvidar nunca…»

«…No hay perdón. Para las mujeres. Un hombre puede perder su honor y reconquistarlo. Pero una mujer no puede. No puede…»

«…Mantén la guardia, gentil caballero. No hay mayor monstruo que la razòn…»

Richard Kelly y sus extrañas historias de las tierras del sur

Cuando la pelìcula fue estrenada en el festival de Cannes hace un par de años recibiò un abucheo unànime, y cuando se lanzò comercialmente el box office y la crìtica le dieron la espalda, la gente esperaba quizàs una suerte de fàbula moral con guiño de redenciòn como en Donny Darko, pero Richard Kelly prefiriò asestarles una bofetada, porque en realidad eso es SOUTHLAND TALES, uno de los ejercicios de belleza y libertad fìlmica màs delirantes de por lo menos la ùltima dècada. Kelly no se guarda nada en esta pelìcula que ademàs escribiò, es para simplificarlo su lectura personal del libro de las revelaciones, su apocalipsis personal de dos horas veinticuatro minutos, un puzzle que no tiene sentido, el buscarselo, el intentar entender de donde viene la historia y hacia donde va y fracasar es lo que genera tanta desazòn, los personajes saben algo que tu no sabes, el narrador omnisciente va lanzando claves, paso a paso con sus citas bìblicas,

La pelìcula es arriesgada desde su concepciòn, intenta recrear un mundo pre apocalìptico, la tercera guerra mundial y las conflagraciones polìticas vistas desde y a travès del paisaje de california, de una conspiraciòn tras otra, un actor de acciòn amnèsico llamado Boxer Santoros interpretado convincentemente por perdido Dwayne Johnson en medio de un ejercito de titireteros que lo impulsan a involucrarse con una actriz porno llamada Krista Now (adorable Sarah Michelle Gellar) para afectar las elecciones presidenciales, ya que esta casado con la hija de un polìtico de alto nivel.

La guerra vista desde sus efectos y delirios que nuncan terminan sino que se multiplican hasta anular la individualidad, un puñado de revolucionarios llamados neomarxistas que son una parodia de las lecturas feministas, estructuralistas y de algunas otras tendencias discursivas que intentan desestabilizar el sistema; terrorismo global, ataques nucleares, predicciones ambientalistas y una serie de teorìas sin sentido que conducen todas al mismo lugar, a encontrar la revelaciòn mayor, y claro en medio de todo esto, un musical, si porque por unos minutos eso es la pelìcula, un trip acidisimo, en donde no sòlo deliran los personajes, sino el propio conjunto, y claro el espectador tiene màs preguntas que respuestas pero eso parecer ser lo que menos le interesó a Kelly al concebir la pelìcula

Como podràn deducir de esta historia, la pelìcula fue un fracaso comercial, para la mayorìa es una experiencia frustrante, pero por alguna razòn a mi me ha parecido una bellìsima obra de arte, en donde la historia esta construida de simbolismos, no necesariamente rebuscados, sino por su simpleza quizàs dificiles de asimilar, Kelly ha querido recrear la busqueda de la verdad, de la verdad que esta por encima de las circunstancias y los personajes, por encima del propio discurso fìlmico; ha construido un laberinto desafiando los màrgenes de la idea, porque en este no hay entrada ni salida, en este simplemente estas, sobrevives y no hay forma de escapar.

PD: la pelìcula ha sido lanzada en DVD con el tìtulo Las horas perdidas y busca disociarla del tìtulo original y de la propia propuesta con una portada que nada tiene que ver con la concepciòn original, efectos del marketing, pero si revuelven bien creo que la podràn hallar.

Trailer

Southland Tales – «I’ve got Soul, but I’m not a Soldier»

Dwayne Johnson, y Sarah Michelle Gellar hablan del film

8/10

El regreso de Rambo

De todas las películas que he visto en estos últimos días, esta es de las que menos esperaba y que más me sorprendió, superior a Rambo III y dentro del espíritu de la primera entrega de saga, mucho más meláncolica y depresiva, sorprendentemente mucho más mesuradas que las últimas películas de Stallone.

Atormentado, solitario, intentando aislarse de la violencia, se reencuentra con su guerra interna cuando un grupo de seguidores religiosos viaja clandestinamente a Birmania a dar ayuda a poblaciones desplazadas por la guerra, sin embargo son atrapados por el conflicto, y Rambo termina uniéndose a un grupo de mercenarios para rescatarlos. Ya no se trata de su país, o de su compromiso con el ejercito, es simplemente su lucha interna, el encontrar las respuestas que lo asaltan, las cosas que añora, y eso es quizás lo que justifica el sentido de la película.

La película fluye con facilidad y aunque parece una película que hubieremos visto en los 80, es superior a la mayoría de películas del género que se manufacturan en la actualidad.


5/10

Hitman otro videojuego que naufraga

Para los conocedores Hitman es un videojuego de culto, que hayan demorado tanto en hacer la versión fílmica quizás tenga que ver con la creación de un guión que sostuviera la acción, una historia fuera del hecho del cumplimiento de misiones, así que el guión busca darle un sentido a las acciones del agente 47, el tono religioso es meramente aludido, hay una desviación del sentido original del juego, y quizás por eso la película fracasa como adaptación, Timothy Oliphant, hace su mayor esfuerzo, pero el film se vuelve predecible, y clona tomas de más de una película de acción de mayor mérito, sin embargo el confuso guión de Woods intenta encubrirlo. Lo mejor en el film la agradable aparición de Olga Kurylenko quien deslumbra por su extraña belleza y justifica el haberme visto completa la película, el final anuncia la continuación de la saga, aunque tendrán que buscar un director de mucho más talento si quieren justificar otro ejercicio fállido de autocomplacencia para un debutante sin demasiadas luces.



3/10


Una de Espartanos, o el grado X de la comedia

Parece que los productores piensan, que cada año pueden vendernos la misma comedia y ese es el caso de Meet The Spartans, no hay que imaginar nada, sólo enlazar una serie de gags recreando las películas de más alto perfil de la temporada, después nada, sólo una película de aquellas que atentan contra en sentido común, no tienen gracia, pueblan las carteleras y le dan nuevos sentidos a la palabra estupidez (pero que los programadores de enlatados parecen adorar).

Incluso aparece Carmen Electra haciendo de chica sexy termina siendo aberrante, ya no es tan joven, ya no es tan provocativa, y la hemos visto miles de veces haciendo lo mismo, a quien pudo ocurrisele algo tan irritante como esto, pues nada menos que a los guionistas de la saga Scary Movie, que aquí fungen de directores, y no mencionó sus nombres, porque en realidad seria perder el tiempo.

(-8)/10

Alain Finkielkraut y su relación/visión con el internet….

Sobre el ciberespacio, se han ocupado desde abogados hasta sociologos, todos en el esfuerzo de determinar su naturaleza, sus efectos sobre los individuos y la sociedad, los límites que deberían existir o no el, algunos sólo abordan el orden regulatorio, algunos otros su significancia de cara al futuro; como nada de lo que se dice es definitivo, me interesan otras aproximaciones al fenómeno, es así que encontré este libro que rescata un diálogo polarizado en algunos aspectos y sorprendentemente armonioso en otros entre el filososo – y polemista de profesión- frances Alain Finkielkraut y el investigador sobre internet Paul Soriano.

Del libro y de las opiniones de Alain Finkielkraut, recojó estas reflexiones para compartirlas con ustedes, no las compartó, solo las divulgó, no las niego, sólo las dejo expuestas a cada una de sus lecturas, el diálogo y el repensar los fenómenos que nos rodean, nunca dejarán de ser un ejercicio innecesario…

«Sólo de mi depende, es cierto, formar parte de la generación internet, ya que precisamente, es transgeneracional. Se me pide una sola cosa: estar Ready.

Pero es cierto, me resisto, me empecino, sigo obstinadamente desconectado (…) me atrinchero (…) me aferró a mi lapicera, amis papeles y amis queridos amigos , los libros (…)

Muy pronto quizá ya no exista el derecho a borrarse o a existir sin dejar rastros. Habremos conquistado todos los derechos y perdido el derecho a la discreción (…)


El ingreso en la era de la rastreabilidad universal o de la omnimemorización acredita la idea deleuziana de un reemplazo del hombre de las disciplinas por el hombre del control (…)


La red promete y promueve un discurso totalmente uniforme, una exhuberancia sin jerarquia. Y la red, es la escuela, debe poner fin a la vigilancia discursiva ejercida sobre los niños (…)


Nos presentan internet como un magnífico instrumento de información y de comunicación, pero ¿para qué tanta comunicación?

¿Y el espacio para los demás, para todo lo que no concierne a la información ni a la comunicación? ¿Qué lugar se le asigna a la contemplación? ¿Qué lugar a la admiración? ¿Qué lugar a la rumia? ¿Qué lugar a la soledad?(…)


Alain Finkielkraut