Michel foucault: escribe sobre la amistad

Encuentro entre viejos recortes, la fotocopia de una entrevista realizada a Michel foulcaut sobre SEXO, PODER Y POLÍTICA DE LA IDENTIDAD ; en ella realiza una aproximaciòn al fenòmeno de la amistad y su desarrollo en la historia, que me provoca copiar aquì para compartirlo:

«…Si algo me interesa hoy en día es el problema de la amistad. En el transcurso de los siglos que siguieron a la Antigüedad, la amistad constituyó una relación social muy importante: una relación social en el seno de la cual los individuos disponían de alguna libertad, de cierto tipo de elección (limitada, claro está) y que también les permi­tía vivir relaciones afectivas muy intensas. La amistad tenía asimis­mo implicaciones económicas y sociales —el individuo estaba obliga­do a ayudar a sus amigos, etc.—. Pienso que, en los siglos XVI y XVII desaparece ese género de amistades, por lo menos en la sociedad masculina. Y la amistad empieza a ser otra cosa. A partir del siglo XVI, se encuentran textos que critican explícitamente la amistad, que consideran como algo peligroso.


El ejército, la burocracia, la administración, las universidades, las escuelas, etc. —en el sentido que hoy tienen esas palabras— no pueden funcionar con amistades tan intensas. Considero que en todas estas instituciones se aprecia un esfuerzo considerable por disminuir o minimizar las relaciones afectivas. Tal es el caso, en particular, de las escuelas. Cuando se inauguraron los centros de secundaria, que acogían a centenares de jóvenes muchachos, uno de los problemas fue saber cómo se podían impedir, no sólo, por supuesto, las relaciones sexuales, sino también el que se contrajeran amistades. Sobre este tema de la amistad se pueden estudiar, por ejemplo, la estrategia de las instituciones de jesuítas —los jesuítas comprendieron muy bien que les resultaba imposible suprimir la amistad—. Intentaron, por tanto, utilizar el papel que jugaba el sexo, el amor y la amistad y, a la par, limitarlo. Pienso que ahora, tras haber estudiado la historia de la sexualidad, deberíamos intentar comprender la historia de la amistad o de las amistades. Es una historia extremadamente interesante..

Michel foucault

final del dìa con algunas frases de Cioran …

Fin del día sin novedades màs allà del inmovilismo de las horas multiplicadas por la misma sensaciòn de desasoiego por las cosas que no pueden resolverse a pesar de la proposicòn de soluciones que una a una van negàndose a convertirse en lo que debieran para irse archivando una tràs de otro como tentaciones de lo que no importa, de lo que no puede lograrse….Leo a Cioran al fin del dìa y le doy un carpetazo al dìa, siempre habrà quien este màs al filo de las cosas….


«….El Destino sólo existe en la acción, porque solamente en ella arriesga uno todo, sin saber adónde va a llegar. La política (en el sentido de exasperación de lo que es histórico en el hombre) es el espacio de la fatalidad, el abandono integral de las fuerzas constructivas y destructivas del devenir.

También en la soledad arriesga uno todo, pero ahora teniendo muy claro lo que va a ocurrir, la lucidez atenúa lo irracional de la suerte. Anticipa uno la vida, vive su destino como algo inevitable sin sorpresas, ya que, realmente, ¿qué otra cosa es la soledad sino la visión translúcida de la fatalidad, el máximum de luminosidad en la agitación ciega de la vida?…»

E. M. CIORAN , «El ocaso del pensamiento»

Charlie Rose: Vargas llosa habla sobre la fiesta del chivo

http://youtube.com/v/z_GSkeqtMFM

Una vieja ediciòn del programa de conversaciòn de Charlie Rose, data del 2001, aparece Mario Vargas Llosa comentando su novela La Fiesta del Chivo, dice algunas cosas que ya hemos escuchado y otros que valdrìa la pena recordar.

Al principio del programa aparece el columnista de NYT, William Safire, se pueden saltar esa parte sin remordimiento alguno. La entrevista con Mario comienza a los 27:30 del video, asì que ya saben que hace.

Todavìa unplugged…

luego de cumplir mi primera semana en mi nuevo hogar el balance general deberìa ser positivo en absoluto sino fuera porque aùn no tengo lìnea telefònica y claro tampoco acceso a internet lo que ha trastocado mis habituales habitos de navegaciòn, lectura y claro como no el tiempo que en las noches le dedicaba a este blog y que en las ùltimas semanas por todas las cosas que han sucedido ha quedado relegado a los pequeños momentos que le puedo robar al frenesì que me rodea y que casì no me permite pensar en nada distinto a los problemas con los que mis empleadores suelen regalarme mañana a mañana al llegar al trabajo, algùn instinto especial deben tener, porque siempre tienen algo nuevo bajo el sol, y no hay mañana en que no exista un nuevo problema en que con una gracia digna de otros fines hayan conseguido obtener para su colecciòn de controversias con el mundo.

Telefònica cuando no insiste o que me cambie de plan es decir anule el contrato que tengo con ellos, o me espero 15 dìas hàbiles para que mi informen si existe disponibilidad tècnica para colocarme una lìnea telefònica, de pronto me siento en el perù de los 80 antes de la privatizaciòn, en que esperar la atenciòn de la compañia de telèfonos podìa durar media vida, que me alguien me diga ahora que no todos los monopolios generan de algùn modo abusos de posiciòn de dominio….

Y ahora lo confieso con todas las cosas que tengo en la cabeza he obtado por leer y en cadena un par de novelas de David Baldacci, (ahora estoy leyendo una fracciòn de segundo) màs conocido por la adaptaciòn que hizo el maestro Clint Eastwood hace unos años de su novela Poder Absoluto, y que por lo menos entretenido es sus historias de agentes del servicio secreto y los entretelones del poder polìtico.

La semana pasada universal estreno la nueva temporada del Doctor House, y por lo menos los jueves tendré algo diferente para ver, el fin de semana concluì un maratòn de la tercera temporada de Weeds, pero de eso les contarè otro dìa.

si pudiera eliminar un dìa…..

Si pudiera eliminar un día a la semana, ese serìa el dìa viernes. No he pensado bien donde lo pondrìa, bueno no lo he pensado aùn, simplemente hoy despertè y durante unos segundos desee con todas mis fuerzas que no existiera el viernes, no pensé en las complicaciones que aplicar esa idea generarìa, solamente calculè mis pocas ganas de tener que levantarme para ir a trabajar. Y claro el tràfico, el ruido, el dìa frio y larguisimo, y ahora escribo esto intentando agotar el tiempo……. y aùn sigue siendo viernes.

Entonces leo un poema que me da un poco, pero sòlo un poco de ganas de no ser quien soy y estar en otra parte, un poema de Bolaño para olvidarme de lo congestionado que esta el centro de Lima, de las caras anònimas que esconden secretos que me gustarìa poder contar….

EL GUSANO

Demos gracias por nuestra pobreza, dijo el tipo vestido con harapos
Lo vi con este ojo: vagaba por un pueblo de casas chatas,
hechas de cemento y ladrillos, entre México y Estados Unidos.
Demos gracias por nuestra violencia, dijo, aunque sea estéril
como un fantasma, aunque a nada nos conduzca,
tampoco estos caminos conducen a ninguna parte.
Lo vi con este ojo: gesticulaba sobre un fondo rosado
que se resistía al negro, ah, los atardeceres de la frontera,
leídos y perdidos para siempre.
Los atardeceres que envolvieron al padre de Lisa
a principios de los cincuenta.
Los atardeceres que vieron pasar a Mario Santiago,
arriba y abajo, aterido de frío, en el asiento trasero
del coche de un contrabandista. Los atardeceres
del infinito blanco y del infinito negro.

Lo vi con este ojo: parecía un gusano con sombrero de paja
y mirada de asesino
y viajaba por los pueblos del norte de México
como si anduviera perdido, desalojado de la mente,
desalojado del sueño grande, el de todos,
y sus palabras eran, madre mía, terroríficas.

Parecía un gusano con sombrero de paja,
ropas blancas
y mirada de asesino.
Y viajaba como un trompo
por los pueblos del norte de México
sin atreverse a dar el paso,
sin decidirse
a bajar al D.F.

Lo vi con este ojo
ir y venir
entre vendedores ambulantes y borrachos,
temido,
con el verbo desbocado por calles
de casas de adobe.
Parecía un gusano blanco
con un Bali entre los labios
o un Delicados sin filtro.
Y viajaba de un lado a otro
de los sueños,
tal que un gusano de tierra,
arrastrando su desesperación,
comiéndosela.

Un gusano blanco con sombrero de paja
bajo el sol del norte de México,
en las tierras regadas con sangre y palabras mordaces
de la frontera, la puerta del Cuerpo que vio Sam Peckinpah,
la puerta de la Mente desalojada, el puritito
azote, y el maldito gusano blanco allí estaba,
con su sombrero de paja y su pitillo colgando
del labio inferior, y tenía la misma mirada
de asesino de siempre.

Lo vi y le dije tengo tres bultos en la cabeza
y la ciencia ya no puede hacer nada conmigo.
Lo vi y le dije sáquese de mi huella so mamón,
la poesía es más valiente que nadie,
las tierras regadas con sangre me la pelan, la Mente desalojada
apenas si estremece mis sentidos.
De estas pesadillas sólo conservaré
estas pobres casas,
estas calles barridas por el viento
y no su mirada de asesino.

Parecía un gusano blanco con su sombrero de paja
y su pistola automática debajo de la camisa
y no paraba de hablar solo o con cualquiera
acerca de un poblado que tenía
por lo menos dos mil o tres mil años,
allá por el norte, cerca de la frontera
con los Estados Unidos,
un lugar que todavía existía,
digamos cuarenta casas,
dos cantinas,
una tienda de comestibles,
un pueblo de vigilantes y asesinos
como él mismo,
casas de adobe y patios encementados
donde los ojos no se despegaban
del horizonte
(de ese horizonte color carne
como la espalda de un moribundo).
¿Y qué esperaban que apareciera por allí?, pregunté.
El viento y el polvo, tal vez.
Un sueño mínimo
pero en el que empeñaban
toda su obstinación, toda su voluntad.

Parecía un gusano blanco con sombrero de paja y un Delicados
colgando del labio inferior.
Parecía un chileno de veintidós años entrando en el Café La Habana
y observando a una muchacha rubia
sentada en el fondo,
en la Mente desalojada.
Parecían las caminatas a altas horas de la noche
de Mario Santiago.

En la Mente desalojada.
En los espejos encantados.
En el huracán del D.F.
Los dedos cortados renacían
con velocidad sorprendente.
Dedos cortados,
quebrados,
esparcidos
en el aire del D.F.

Roberto Bolaño, Los Perros Romànticos

El mundo de carton

Durante tres dìas, quizàs por el estupor de la novedad, o porque realmente he estado cansado al punto de no tener ànimo para absolutamente otra cosa que llegar a casa a dormir, mi departamento ha sido un reino de cartòn, en donde agazapadas en esquinas, pasadizos, e incluso reinando sin verguenza alguna en lo que alguna vez serà mi sala comedor, varias docenas de cajas habìan desplegado con comodidad su volumen, reduciendo mi espacio, a un pequeño sendero por el que transitaba para salir y entrar de las habitaciones.

Pero ayer por fim logrè imponer nuevamente el orden, aunque el buscarle un lugar a las cosas pueda resultar màs complicado de lo que uno esta dispuesto a admitir, aùn no me reconozco en mi nuevo espacio, aùn hay tres cajas resisten en el centro de mi sala, pero poco a poco, mi casa se va pareciendo a la casa, en la que pensaba hace algunas semanas estarìa viviendo.


Un nuevo comienzo….

Son sólo dos noches, y los dìas ya son tan distintos. No tengo intertet ni telefòno por el momento, y la señal de cable que escogì no puede transmitir los partidos de la selecciòn, no entiendo los manuales de los electrodomèsticos, y a pesar de haberme pasado todo el fin de semana intentando ordenar mi caos, aùn todo esta por hacerse, lo ùnico memorable es que entre mis cajas encontrè un libro de Paul Eluard que no recordaba ni haber leido ni haber comprado, aùn estaba en su bolsita de la libreria y todo, refundido entre un cùmulo de fàcturas por ordenar, nueva vida, un desorden màs personal y sobre todo todo por descubrir, como ayer que al levantarme a las seis treinta para comprar el periodico y el pan, descubrí que en mi nuevo vecindario a esa hora del domingo todos duermen.

Adios desde aquí

Esto que aquí escribo es lo último que hago antes de dormir por última vez desde la que fue mi casa en la última década, hace un rato he terminado de apilar mi vida en cajas de cartón de diversa procedencia y no se que sentir respecto a las pocas cosas que tengo a pesar de los muchos años que han pasado, en realidad se mudan mis libros y yo, no se como funcionaremos, por lo menos no tendré teléfono ni conexión a Internet durante una semana o más, tendré que distribuir mi vida en un nuevo espacio, hasta hoy, cuando lo volví a visitar, aún demasiado impersonal.

Me voy porque ya antes me estaba yendo, la ciudad ha cambiado demasiado estos años, y vivir en los extramuros ya no tiene la gracia ni la practicidad de mis años universitarios, en realidad me voy porque ya era tiempo, porque mi Padre tenía razón en eso de buscar cada uno su propio espacio, porque hay cosas que sólo aprenderé si me pasan: por ejemplo a contratar eficientemente un servicio de mudanza sin morir en el intento.

Ha pasado una semana con tres visitas al médico, tantos días sin mi Padre, aunque este presente en cada una de las decisiones complicadas que he debido tomar en estos días, en realidad no tengo ganas de dormir, sólo esperar que sean las 7:00 y descubrir que es lo que sucederá conmigo.

Voy a extrañar cada una de las rutinas de la cada, deberé inventarme nuevas con carácter de urgencia, no podrécontarles que suceda luego de la mudanza, pero imaginó que terminaré tan cansado, que no tendré ganas de hablar en absoluto….