Tres Tristes Tigres: celebración a una ciudad perdida

Asì en la Paz como en la guerra fue el primer libro que leì de Guillermo Cabrera Infante, y simplemente me deslumbrò, sus cuentos y sus viñetas me habìan advertido tenìan un eco a las historias de Ernest, sin embargo el universo descrito por Cabrera Infante, era tan propio que era dificil relacionarlo con las influencias que podìan advertirse en su estilo.

Su infancia, las cosas que escuchaba por ahì, el descubrimiento de la ciudad, del amor, la pobreza y lo que somos capàces de hacer por ella, todo estaba allì en historias narradas con un cierto guiño de inocencia que no hacìan sino captar la empatìa del lector, frente a sus personajes uno no permanecia impasible, por lo general se terminaba tomando partido.

Tres Tristes Tigres, mi siguiente lectura, significò mi encuentro con la genial novela que recrea la Habana de la noche infinita antes de Fidel; y desde que la leì por primera vez, es una de mis favoritas. Aquì Cabrera Infante nos conduce al descubrimiento de una ciudad laberìntica, que cobra una especial dimensiòn cuando el sol se retira y las luces se encienden.

Hay mucho de experimentaciòn habrìa que advertir, pero no se trata de juegos con la atenciòn de lector, sino el desafio que se plantea el narrador de reconstruir a travès de su memoria una ciudad hecha de palabras, la habana que es aquì retratada, no cuenta con un sìmil en ningùn lugar, es un lugar ùnico que sòlo existe para el lector y que se pierde -y siento que para siempre- una vez que llegamos a la frase final y cerramos el libro. He de confesar que los capìtulos titulados Ella Cantaba Boleros, son los que màs disfrute, sin que eso signifique que el resto del libro tenga menor relevancia.

Lo que no le dijimos nunca a nadie fue que nosotras también hacíamos cositas debajo del camión. Pero como todo lo demás lo contamos y toda la ente del pueblo lo supo en seguida y venían a preguntarnos y todo. Mami estaba de lo más orgullosa y cada vez que llegaba alguien de visita a casa, lo mandaba a pasar y hacía café y cuando el café estaba servido, la gente se lo tomaba de un viaje y luego dejaban, despacito, la taza, con mucho cuidado, cómo si fuera de cáscara de huevo, encima de la mesita y me miraban riéndose ya con los ojos, pero haciendo ver que no sabían nada, muy inocentes en la voz, haciendo la misma preunta siempre, «Muchachita, ven acá y dime ¿qué cosa estaban haciendo ustedes debajo del camión?» (…)

Guillermo Cabrera Infante, Tres Tristes Tigres (Fragmento del inicio de la novela)

Aquì encontraran una miscelanea de referencias sobre GCI, desde entrevistas hasta reseña de su obra, pasando por un par de interpretaciones crìticas:

Guillermo Cabrera Infante, hablando de su niñez

Desde que leí «La Habana para un infante difunto «, siempre me he preguntando Guillermo Cabrera Infante, cuantos de los motivos de dicha novela estaban anclados en su biografía. Es descubrimiento de la habana, el cambio de vida, la lucha por la supervivencia sin perder el sentido del humor.

He hallado varias respuestas en un fragmento de entrevista que le realizaron a Cabrera Infante, en el que particularmente habla de su niñez, y de como la estrechez vivida en su infancia lo había marcado.

G.Cabrera Infante

Y PODRIA LLAMARSE AMOR…


«…las mujeres cuando hablan, nunca quieren decir nada,…hablan por hablar…»
William Faulkner, Luz de agosto

«…las mujeres son como las moscas: se posan en azucar o en mierda..»

Truman Capote, Música para Camaleones

«…y sus muslos olían como una pradera de anfetaminas…»
Enrique Verástegui, Monte de goce

«…toda dependencia causa ansiedad, porque uno vive a través de otro y tiene miedo de perderlo…»
Anais Nin, Diario IV

«…los matrimonios, los ligues de una noche, le habían convencido de que el acto sexual no valía lo que la mujer exigía a cambio…»

Charles Bukowski, La Máquina de follar

«…el alcohol es como el amor…el primer beso es magia; el segundo, intimidad; el tercero, rutina. Después de esto lo que hacemos es devestir a la muchacha…»

Raymond chandler, EL largo adios

«… el erotismo es como en el baile siempre hay uno que lleva a otro…»

Milan Kundera, La inmortalidad

«…si te separas de tu amante, te arriesgas ¡ay¡ a ser engañando dos o tres veces al día…»

Stendhal, Rojo y Negro

«…si se enamora de veras, no deje adivinar sus sentimientos, ocúltelos como un tesoro, porque, de verdugo, se convertirá usted e víctima, no lo dude…»

Honore de Balzac, Papa Goriot

«…la amistad empezaba sobre las bases más seguros, las de las diferencias y los disconformismos…»

Julio Cortazar, Los Premios

«…el amor, como la sifilis, también conduce a la locura y a la muerte…»

Guillermo Cabrera Infante, La Habana para un Infante difunto

«…todas las parejas humanas, todas las amistades están motivadas por el miedo...»

Juan Carlos Onetti, Junta Cadáveres

«…la soledad en pareja es un infierno consentido…»

Michel Houellebecq, La posibilidad de una isla

«…entrar a la vida por el camino de la vagina es entrar por un camino tan bueno como cualquier otro. Si uno entra en ella bastante profundamente y permanece allí el tiempo necesario, encontrará lo que busca. Pero uno ha de entrar con alma y corazón…dejando afuera sus bártulos…»
Henry Miller, El mundo del sexo