(500) Days of Summer

Las relaciones humanas siguen siendo un misterio a pesar de todas las cosas que nos hemos inventado para creer que vivimos en un mundo mejor, no logramos descifrar el porque hacemos las cosas que hacemos, porque una mirada, un gesto, una palabra puede derrumbar todo nuestro mundo, a pesar de las miles de respuestas que tenemos para tantas cosas, no encontramos la forma de explicar de que se trata el amor.

Esa es muchas veces la premisa de las comedias románticas, explicar una relación, el porque nos relacionamos, y las cosas que somos capaces de hacer por ese sentimiento, es también una convención que a pesar de las peripecias, las parejas resuelvan sus dudas y terminen (se supone) para alegría de los espectadores invariablemente juntos.

Pero Marc Weeb prefiere que su historia transcurra por otros cauces, si bien estamos en una comedia, y es la historia de como Tom (interpretado por Joseph Gordon-Levitt) conoció a Summer (una magnífica interpretación de Zooey Deschanel) ; (500) Days Of Summer es un lúcido ejercicio de intercambio de premisas, el romance es el tópico, pero no funcionará del modo como estamos acostumbrados.

La estructura de la narración debería darnos una pista, ya sabemos que Tom la pasa fatal, pero no sabemos exactamente que pasó, y si hacia media película podemos ya intuir el desastre, no es hasta la última escena en que muchas de las cosas de las que estábamos convencidos pierden consistencia, a mi me pareció una historia de redención, y a veces no hay forma de purgar el pasado que nos ata sino a través de esa extraña sensación de perderlo todo.

Y es que Tom es un muchacho sensible que ha renunciado a sus sueños y malvive escribiendo texto para tarjetas de regalo, su vida sufre una severa transformación cuando conoce a Summer y descubre el amor y la carga que este tiene consigo.

Summer debemos resaltarlo, no es el típico personaje femenino que la industria del cine clona de una escena a otra; esta llena de contradicciones y preguntas, no busca enamorarse, sino encontrar certezas que nunca verbaliza, es este personaje el que logra que la película progrese, que nos sintamos atrapados en sus contradicciones, y con quien el espectador se identificará cuando en lo que debió ser el verdadero final de la película le explique a Tom las cosas que este no pudo entender; hasta aquí se entienden los elogios de los que venía precedido el film, sin embargo el final nos parece demasiado complaciente, pero nada es perfecto por estos días, y eso ya lo sabemos.

Simplemente Vettriano…

Cada una de las pinturas de Vettriano esconden una historia, no importa la simplicidad de los elementos con que decora sus escenas, en ellas el ser humano revela sus emociones menos expuestas; la mirada del pintor parece ser la de un Voyeur, alguien que disfruta con la contemplación, que no influencia ni interviene;las cosas suceden y este testigo reproduce lo que nadie más ve; en estas series que parecen una narración en la que las cosas suceden siempre de noche y bajo techo, en donde las mujeres parecen tener una especial manera de influenciar lo que sucede a su alrededor, Vettriano hace gala de quizás lo más logrado de su arte, la capacidad de reproducir la turbación del ser humano, de ponerle colores a la seducción, de capturar la sonrisa cómplice, el gesto resignado, de no necesitar palabras para describir la pasión que puede suscitar una mujer…

















El extraño encanto de Jack Vettriano

La primera vez que vi una pintura de Jack Vettriano, no sabía que se trataba de el, ni que aquella pintura se titulaba «The Billy Boys»; se trato como la mayoría de cosas que nos suceden, de una casualidad.

La pintura adornaba la portada de los Detectives Salvajes, en la edición de Anagrama, y por mucho tiempo la evocación de tránsito que encontraba en la pintura, me parecía una insuperable alegoría a la novela.

Arenas…


“…salí como una loca más, no como un escritor; ninguno de los policías que me autorizaron, en medio del desorden general, sabía nada de literatura, ni tenía porque conocer mi obra, por lo demás casi totalmente inédita en cuba…”

Reinaldo Arenas, Antes que anochezca