IDI AMIN es cuento para niños malos, una suerte de fantasma para asustar a los remisos, a los incredulos. Es un loco surgido de la nada, un exabrupto de la naturaleza, es culpable de ser quien es. Cuando un tirano cae es desgracia, nunca tiene asociados, ni seguidores, ni nada, se quedan en el màs absoluto abandono, y somos capaces de creer que su sola voluntad es capaz de imponerse a toda una naciòn.
El Ultimo Rey de Escocia parece querer abolir esa historia de fantasmas, recordándonos desde la primera toma que toda decisión que adoptemos tendrà consecuencias, aunque no hayamos reparado en ellas y estas escapen a cualquier càlculo. Idi Amin es materializado en ese brillante actor condenado a personajes secundarios que era Forrest Whitaker hasta antes de ganar de manera indiscutible un premio Oscar.
Idi Amin en la pelìcula no es màs una pesadilla sin autor, es una persona real que sangra y que sufre (y que teme morir como cualquiera) y no esta solo, esta rodeado de colaboradores, aupado al poder por decisiones polìticas que lo exceden, unas cuantas tomas son suficientes para recrear el mundo de conspiraciones que se movia alrededor del dictador, sin embargo la pelìcula sòlo usa el aspecto polìtico como decorado, lo que le interesa son las relaciones humanas.
Por eso la accìòn no transcurre en primera persona, sino a travès de los ojos de un narrador que absorve todas las complejidades de un mundo extraño, un mèdico venido de Escocia que se convierte en asesor de Amin, en complice, en doctor y la relaciòn se multiplica, como se multipican las atrocidades, y es dificil no contagiarse del espanto que produce la locura in crescendo, de un sujeto que se creìa predestinado por el sòlo hecho de poder ser màs despiadado que sus secuaces.
La pelìcula se adentra en un periodo que va desde la ascención del nuevo lider, con el que llega la esperanza, hasta el inicio de una represiòn brutal a los disidentes, a los sospechosos de no simpatizar con el presidente, y finalmente a cualquiera, en el trayecto asistiremos al enfebrecimiento de un Amin incapaz de ser consecuente con sus promesas, una personalidad fascinante, el mal encarnado en una mirada apagada pero inquietante, y una actuaciòn (la de Whitaker), de esas dificiles de olvidar.